No me mires así, porfavor.

Desde el tragaluz los rayos solares se precipitaban sobre su pelo anaranjado. Sobre la mesa, el libro entre sus manos, poesía de Neruda. Ojos vidriosos sobre el papel, lágrimas silenciosas a ratos sobre los pómulos.
-Charlotte.
Elevó la cabeza, y me quedé sin nada que decirle.
-En las noches como esta la tube entre mis brazos – dijo de repente, con la calma que siempre la acompañaba.
-La besé tantas veces bajo el cielo infinito – contesté, mirando al infinito en uno de sus rizos.
-Ella me quiso, a veces yo tambien la quería...
-¡Como no haber amado sus grandes ojos fijos! - dije mirandola directamente a sus ojos.
Abrazo. Charlotte llora, hecha un ovillo en su silla. Quiéreme Charlotte, que el amor llena vacios. No llores más. Lo siento.
-¿Por qué?
-Porque es imposible para mí vivir en la monotonía. Te dije que esto pasaría. Sabía que pasaría. Y ojalá no hubiera pasado. Lo siento, Charlotte, lo siento tanto...
Ella miró desde su ovillo-fortaleza con sus ojos llenos de lágrimas por un largo rato, como un gato asustado y herido. No me mires así Charlotte, que me duele. No me mires así, porfavor.

3 comentarios:

  1. La verdad es que es bastante triste, y a la vez bonito. Me gusta como está escrito!! ^^
    Te sigo (Soy Paula Martínez Caride en el tuenti :D)
    Me voy a leer otras entradas!!!!

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  2. La monotonía me da pánico xke acaba con todo aquello intuitivo, instintivo, experimental, loco, fugaz.... dejándote, seco.
    Me ha gustado, te sigo y... dejo mi blog x si kieres echarle un vistacillo: http://in-perdibles.blogspot.com/

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